En pleno corazón del microcentro de nuestra ciudad, la calle 22 se transformó una vez más para recibir a vecinos, visitantes y turistas en una nueva edición de la Fiesta de San Juan. Pero en esta oportunidad, con una novedad que marcó la diferencia: por primera vez, la celebración comenzó al mediodía, en una apuesta clara a generar movimiento comercial desde las primeras horas. A medida que la tarde caía y se encendían los primeros fuegos, el entorno se llenaba de música, aromas y tradiciones, hasta abrazar la noche más larga del año.
La jornada fue organizada por nuestro Centro Comercial, Industrial y de Fomento de Atlántida, en el marco del proyecto Centro Comercial a Cielo Abierto, y contó con el apoyo de la Intendencia de Canelones (a través de sus direcciones de Cultura y Turismo), el Municipio de Atlántida, la Liga de Fomento (LIFA) y los comercios del microcentro. La empresa SAPP aportó su cobertura para tranquilidad de los presentes, en un encuentro que Incluyó espectáculos, paseo ferial, gastronomía y actividades para toda la familia, con el objetivo concreto de revitalizar el centro de la capital turística de Canelones.
En distintos tramos de la cuadra, delimitada con fardos de heno y decorada con elementos típicos, se instalaron stands de artesanos canarios y foodtrucks, entre ellos el de la Escuela de Gastronomía de la UTU, cuya participación se destacó tanto por la calidad de los productos como por su objetivo: lo recaudado fue destinado a futuros proyectos académicos del grupo. También se ofreció el tradicional vino caliente de San Juan, cuya venta (a voluntad) benefició a la misma institución.
“Nos propusimos generar una actividad que saliera de la noche y apostara a un horario más extendido”, explicó Mauricio Martínez, presidente de CCIFA. “Queremos que los comercios sientan que hay un centro comercial activo, abierto a la comunidad y también a los jóvenes, que pueden formarse y trabajar acá. El vínculo con la UTU es parte de esa visión”, agregó. Martínez destacó además la amplia cobertura lograda en medios de comunicación, que permitió proyectar la imagen de Atlántida más allá de la zona.
La grilla artística fue otro de los puntos altos de la jornada. Se presentaron en el escenario ubicado sobre la calle Natalio Michelizzi (Calle 1), María del Carmen Flores, con relatos sobre la historia local de San Juan; Cañoncito Kids, con humor y alegría para los más pequeños; el Coro Cate y Cante; Luma y Vila; Alberto Pinheiro con su tributo a Joaquín Sabina y Lorna Yelpo con leyendas y ritos. El cierre musical estuvo a cargo de Morrigan’s, que aportó su impronta celta a la noche canaria.
Desde la organización, Silvina Rosas Labandera subrayó la importancia del nuevo horario: “Esto nos permite abrir una ventana más amplia de oportunidades para restaurantes, expositores y comerciantes. Hay propuestas para almuerzos, meriendas y cenas. La feria estuvo muy cuidada, con productos artesanales y locales. Y sobre todo, se generó una experiencia que vale la pena repetir”.
Para Gastón Bardanca, secretario del CCIFA, este cambio de enfoque “ayuda a integrar más comercios y extender la propuesta más allá del verano. La meta es organizar varios eventos a lo largo del año que atraigan público en distintas épocas, con acciones culturales que fortalezcan el comercio local”.
La noche culminó con el encendido de fogones y la tradicional quema de los deseos, en papeles que ardieron al calor del fuego mientras se compartía el vino especiado. Una escena que simbolizó no solo el renacimiento de una antigua tradición, sino también el resultado de un trabajo articulado entre instituciones, empresas y actores locales. Porque no cabe ninguna duda, cuando hay planificación, compromiso y visión compartida, los resultados se ven. Y se celebran.