Intensificar el relacionamiento interinstitucional y la cercanía con los socios de todos los balnearios
Nacido en San José, pero viviendo en Atlántida desde hace 16 años, Mauricio Martínez pretende encabezar una directiva de puertas abiertas, enfocada en el crecimiento social y las necesidades de todas las empresas de la Costa de Oro.
Si bien la columna vertebral de la directiva se ha mantenido, luego de las elecciones del pasado mes de noviembre el Centro Comercial, Industrial y de Fomento de Atlántida tiene un nuevo presidente, Mauricio Martínez, quien se desempeñó como secretario de la institución los pasados cinco años acompañando la presidencia de Camilo Uhalde. En este artículo de Revista Centro, les ofrecemos el perfil de la nueva cabeza de la institución, su visión, sus proyectos y la impronta que intentará aplicar a su gestión.
San José, Montevideo y una decisión que cambió su vida
Mauricio Martínez nació en la ciudad de San José de mayo hace 55 años. Fue a la escuela y el liceo público de su ciudad. En este último conoció a Verónica Mora, su esposa de toda la vida y una gran impulsora de muchos de los proyectos de la familia que crearon.
Como muchos jóvenes del interior del país, a los 17 años se mudó a Montevideo para poder estudiar, en su caso veterinaria. Vivió en una pensión del centro y luego en un pequeño apartamento que compartió con cinco amigos. Cada mañana se tomaba el trolebús para ir a su estudio y a su primer empleo en la empresa constructora de su suegro, Jorge, donde empezó contando el hierro y las bolsas de portland. Luego aprendió nuevas funciones, pasó a ver los planos, a generar presupuestos y a conocer el negocio del que se fue enamorando poco a poco, hasta que tomó la decisión que cambió su vida: Abandonó la facultad de veterinaria y comenzó a formarse en diferentes áreas de construcción, gestión de proyectos y certificación ISO 9000. Más tarde pasó a integrar otras empresas constructoras desempeñando tareas de alta responsabilidad. Incluso formó parte de Altonil S.A que desarrollaba obras para el afamado arquitecto Pintos Risso. “Fue increíble la forma en la que llegué ahí”, dijo a Revista Centro, “veníamos con Verónica en mi Fiat 147 y le dije: esperá que voy a dejar mi currículum. Cuando vi la importancia que tenía esa empresa pensé que jamás me llamarían, pero lo hicieron y esa fue una gran realización para mí, fue como jugar en las grandes ligas”.
En estos 38 años de labor, ha participado de la construcción de cientos de edificios y obras de gran porte que han ido modificando el paisaje de sus barrios y ciudades, algo que lo llena de satisfacción. “Es como sentir que uno va dejando huella con su trabajo” , dijo.
Entre los aprendizajes que ha obtenido destaca el apego que generó por el trabajo en equipo, a todos los niveles. “Aprendí a no usar la palabra jefe, ni la palabra empleados. En cambio utilizo la palabra colaboradores. Yo siempre tuve compañeros superiores que me enseñaron mucho y que hoy son mis amigos. Y lo mismo con los equipos que me toca coordinar. Un líder debe ser firme y claro en sus ideas, pero debe ser respetuoso por sus equipos y escuchar. Creo en la horizontalidad. La verticalidad solo debe ser empleada en ciertas situaciones. Mi mayor reconocimiento es con la gente, ya sea los profesionales que me ayudan o los obreros, de los que también aprendí mucho. Yo sostengo que si no lográs entrar en el corazón y el pensamiento de aquel individuo que es tu colaborador, tu brazo ejecutor, nunca vas a lograr nada importante”, opinó.
La familia, el sacrificio y el desembarco en Atlántida
Con Verónica Mora tuvieron dos hijos: Ignacio que hoy es arquitecto y Gonzalo, Licenciado en Comunicación. A ambos les dieron la mejor educación posible, llegando a realizar esfuerzos económicos significativos para que, luego de terminar el ciclo básico en el Instituto María Auxiliadora de Montevideo, institución educativa salesiana, pudieran continuar la formación pre universitaria en el Instituto Juan XXIII, de la misma corriente religiosa. Si bien Mauricio se declara “un católico no practicante”, ve con buenos ojos que sus dos hijos hayan recibido una formación con ciertos valores. “Eso les abrió todo un mundo a los dos, pero especialmente a Gonzalo que descubrió una muy linda vocación de servicio”, nos contó.
Luego de la crisis del 2002 la familia se mudó a Solymar, lo que implicaba un esfuerzo muy grande para Mauricio que debía salir a la ruta Interbalnearia a las 04.30 de la madrugada, frente al cementerio, para tomar el bus que lo llevara a sus lugares de trabajo en Montevideo y Punta del Este. Fue así durante mucho tiempo hasta que hace 16 años tomaron la decisión de mudarse a Atlántida. Recorrieron el balneario y descubrieron un hermoso terreno en Pinares que pudieron comprar con esfuerzo para construir una casa a la medida de la familia: Su nuevo lugar en el mundo.
Los emprendimientos familiares y el CCIFA
Ya instalados en la Costa de Oro la visión comercial de su esposa Verónica los llevó a comprar la Inmobiliaria Maná, una empresa referente con más de sesenta años de trayectoria. La pandemia generó una nueva oportunidad cuando les ofrecieron adquirir el local de la marca Lolita en Atlántida. Unos años después sumaron otro proyecto familiar: el Estudio Martínez Mora, que Mauricio desarrolla en sociedad con su hijo Ignacio. Para la administración de todos estos negocios han contado desde el inicio con nuestro Centro Comercial, siendo socios gremiales y clientes del servicio laboral y administrativo, y es por eso que poco a poco Mauricio Martínez se fue acercando a la institución. Se sumó a la directiva que encabezó Camilo Uhalde durante cinco años y, luego de dejar sus trabajos fijos en el rubro de la construcción y apostar por su estudio propio, se postuló para ocupar la presidencia por los próximos dos años.
El Centro: Un nuevo desafío
Mauricio Martínez asumió la Presidencia de CCIFA con entusiasmo. “Entiendo que hay mucha cosa para hacer”, afirmó, “no podemos dejar que nos gane la burocracia siempre, porque eso genera desgano. Hay que empezar a ponerse espalda con espalda, tirar fuerzas y conseguir logros. No puede ser que pasen los años, los gobiernos de todos los colores y que haya cosas que no se puedan alcanzar. Yo sostengo que, con un poquito de voluntad de la sociedad y la política, los objetivos son alcanzables. Estamos muy acostumbrados a reclamar por todo lo que no se hace en la zona, pero socialmente nos tenemos que preguntar qué es lo que hacemos nosotros y qué es lo que nos falta hacer, cómo participamos de las cosas que son importantes para nuestra gente”.
Martínez apunta a profundizar los lazos institucionales con agrupaciones referentes de la zona como AJUPENA, la Liga de Fomento de Atlántida, Rotary Club y la Asociación Turística de Canelones, entre otras, con los que se viene organizando una reunión de trabajo para los próximos días. Afirmó que el Centro Comercial apoyará las actividades de esas instituciones amigas y que espera recibir el apoyo de las mismas en las acciones del centro. “No se puede tener una disociación de las grandes instituciones que tiene esta ciudad”, opinó, “entre todos tenemos que recuperar una Atlántida maravillosa que en algunos aspectos se ha perdido”.
Paralelamente se buscará continuar fortaleciendo el relacionamiento con autoridades del Gobierno Nacional de turno, la Intendencia de Canelones y los municipios locales, remarcando que se trabajará con todos los concejos municipales de la Costa de Oro, no sólo con Atlántida. De hecho, anunció que previo a las próximas fiestas de fin de año se realizarán actividades de promoción llevando a Papá Noel al centro de Atlántida, Parque del Plata y La Floresta. “Queremos generar infraestructura y atractivos para atraer a la gente y dinamizar el comercio desde el peaje Pando al Solís. Hay muchísimos socios fuera de Atlántida que tenemos que atenderlos de la misma manera, ese es un énfasis que vamos a tener”, explicó el presidente.
La difusión de todos los servicios del centro que, asegura, la gente todavía no conoce, la continuidad y ampliación de las capacitaciones y de las acciones que la directiva anterior venía desarrollando, el crecimiento de la masa social y la comercialización de los espacios del cowork son algunos de los objetivos primordiales para los próximos dos años, explicó Martínez.
Distribuir la carga
El nuevo presidente se ha trazado objetivos ambiciosos y conoce la importancia de la conformación de equipos para poder alcanzarlos. También es consciente de que los integrantes de la directiva aportan un tiempo que no les sobra, debido a que todos tienen que prestarle atención a sus propias empresas. Es por eso que ha conformado un sistema de gestión que consta de 5 comisiones temáticas, para que diferentes directivos se repartan la carga del trabajo. Esas unidades son: Relaciones Institucionales, Comunicaciones y eventos, Cámara Empresarial Canaria, Evaluación de las necesidades del socio y Proyecto Centro Comercial a Cielo Abierto.
Precisamente con relación al último punto, se detuvo para hacer algunas consideraciones. “El Centro Comercial a Cielo Abierto es una iniciativa importante del CCIFA. Ya se ha realizado un estudio de viabilidad y varias actividades. Nosotros vamos a intentar potenciarlo. El año que viene vamos a ser anfitriones de un encuentro nacional sobre ese tema acá en nuestro salón social. Pero tenemos que dinamizarlo porque pretendemos que se empiece a replicar solo. El centro comercial va estar siempre atrás de ello porque es su idea y su marca, pero tenemos que tener la mente abierta para entender que no se beneficie solo al centro de Atlántida sino que Atlántida tiene que ser un epicentro de algo que se expanda al resto de la comunidad. Vamos a intentar que empiece a caminar más suelto de la mano y replicarlo con socios de Parque del Plata, La Floresta y otros de los hermosos balnearios de nuestra zona”, dijo.
En cuanto al periodo recientemente finalizado, destacó el trabajo de Camilo Uhalde, especialmente en la activa participación para la creación de la Cámara Empresarial Canaria, así como en otras acciones fundamentales de desarrollo. “Si estoy acá es porque estoy convencido de que lo que se hizo se hizo bien. Lógicamente, esta comisión directiva va a tener su impronta y objetivos renovados”, apuntó.
También tuvo palabras elogiosas para el staff del centro. “El centro comercial hoy se mantiene desde el punto de vista económico por la calidad del equipo de administración. Si no fuera así, no tendríamos 400 socios ni los servicios e infraestructura que hoy tenemos. El sentido de pertenencia de cada uno de ellos es increíble”, remarcó y finalizó respondiendo, tal vez, la pregunta principal: ¿Cómo te imaginás el CCIFA al finalizar la gestión en dos años?. “Yo me quiero ir de la presidencia con un centro comercial fortalecido en todos los sentidos”, comenzó, “me gustaría poder irme dejando cien socios más, y si no lo logramos, al menos pretendo que cada uno de los socios que tengamos sienta que el Centro Comercial, Industrial y de Fomento de Atlántida les pertenece y está, siempre, detrás de ellos”.
“Queremos generar infraestructura y atractivos para atraer a la gente y dinamizar el comercio desde el peaje Pando
al Solís. Hay muchísimos socios fuera de Atlántida que tenemos que atenderlos de la misma manera, ese es un énfasis que vamos a tener”